sábado, 12 de noviembre de 2011

La naturaleza del soñar

SUEÑO Y REALIDAD
Todos soñamos, lo recordemos o no. Soñamos desde la primera infancia y continuamos soñando hasta la muerte. Cada noche entramos a un mundo desconocido en el que podemos aparecer como quienes somos normalmente, o como alguien totalmente distinto; nos encontramos con personas a quienes conocemos o no conocemos, que están vivas o muertas. Volamos, hallamos seres que no son humanos, tenemos experiencias de gozo, reímos, lloramos, nos aterrorizamos, nos exaltamos o nos transformamos. Sin embargo, generalmente ponemos muy poca atención a estas experiencias extraordinarias. Muchos occidentales que se acercan a las enseñanzas lo hacen con ideas sobre los sueños basadas en teorías psicológicas y, por tanto, cuando se interesan en usar los sueños en su vida espiritual, se enfocan por lo regular en el contenido y el significado de los sueños. Muy pocas veces se investiga la naturaleza misma del soñar. Cuando realizamos esta investigación, nos conduce al proceso misterioso en el que se basa la totalidad de nuestra existencia, no sólo la vida onírica.
El primer paso en la práctica del soñar es muy simple: uno debe reconocer el gran potencial que contienen los sueños para el viaje espiritual. Normalmente, el sueño es considerado como algo "irreal" en comparación con el contexto de la vida "real" de la vigilia; pero no hay nada más real que el sueño. Esto sólo tiene sentido cuando se entiende que la vida normal de vigilia es tan irreal como el sueño, exactamente de la misma manera. Entonces puede comprenderse que el yoga del soñar se aplica a toda la experiencia: tanto a los sueños del día como a los sueños de la noche.