Un
maestro Zen no es un simple profesor. En todas las religiones hay solamente
profesores. Ellos te enseñan acerca de materias que tú no sabes, y ellos te
piden que creas porque no hay otro camino para traer esas experiencias en una
realidad objetiva. Ninguno tiene el profesor para saber de ellos – ellos han
creído en ellos; Él transfiere su creencia a alguien más. El Zen no es un mundo
para creyentes. No es para los que tienen fe, es para esas almas osadas que
puedan botar toda creencia, incredibilidad, dudas, razones, mente, y
simplemente puedan entrar en su pura existencia sin fronteras. Pero trae una
tremenda transformación.