ILUSTRACIÓN SIETE
"El Señor Bendito dijo: Al hablar palabras doctas te lamentas por lo que no es digno de lamentación. Aquellos que son sabios no se lamentan ni por los vivos ni por los muertos. Nunca hay nacimiento ni muerte para el alma, ni habiendo sido una vez deja de ser jamás. El alma es eterna y siempre existente". El cuerpo nace y está destinado a perecer hoy o mañana. Por lo tanto el cuerpo no es tan importante como el alma. Quien sabe esto es sabio en verdad y para él no hay causa de lamentación, sea cual fuere la condición de su cuerpo material.