lunes, 9 de julio de 2012

Día 191 del 2012

DERRIBANDO PUENTES
Siempre es bueno derribar puentes con el pasado. Entonces uno se mantiene vivo, inocente y jamás pierde la infancia. Muchas veces es necesario derribar todos los puentes, estar limpio y empezar otra vez de cero.
Siempre que inicias algo, vuelves a ser un niño. Cuando comienzas a pensar que has llegado, es el momento de derribar puentes, porque eso significa que empieza a asentarse la muerte. Te conviertes en una cosa, en un producto del mercado. Y es que todo el que quiere ser creativo ha de morir cada día respecto al pasado, de hecho cada momento, porque la creatividad significa un renacimiento continuo. Si no renaces, sea lo que fuere lo que creas, representará una repetición. Si renaces, solo entonces podrá salir algo nuevo de ti.

Sucede que incluso los grandes artistas, poetas y pintores llegan a un punto en el que no dejan de repetirse una y otra vez. En ocasiones ha sucedido que la primera obra es la más grande. Jalil Gibrán escribió El profeta cuando solo tenía veinte o veintiún años, y esa también fue su última obra. Después escribió muchos libros, pero ninguno alcanzó esa cumbre. De un modo sutil, no deja de repetir El profeta. De modo que un artista, un pintor o un poeta, músico o bailarín, uno que ha creado algo nuevo cada día, posee una tremenda necesidad de olvidar completamente los ayeres, que no quede ni un recuerdo de ellos. La pizarra está limpia y de lo nuevo nace la creatividad.
Día a día. Osho