Y un tejedor dijo: Háblanos del vestir.
Y él respondió, diciendo:
Vuestra ropa oculta mucho de vuestra belleza y, sin embargo, no cubre lo que no es bello.
Y aunque buscáis en el vestir el sentiros libres en vuestra intimidad, podéis hallar en él un arnés y una cadena.
¡Cómo pudierais enfrentar al sol y al viento con más de vuestra piel y menos de vuestro ropaje!
Porque el aliento de la vida está en la luz del sol y la mano de la vida en el viento.
Algunos de vosotros decís: "Es el viento del norte el que ha tejido las ropas que usamos."
Y yo digo: ¡Ay! Fue el viento del norte.
Pero fue la vergüenza su telar y la debilidad de carácter dio sus hilos.
Y, cuando terminó su trabajo, rió en el bosque.
No os olvidéis que el pudor no es protección contra los ojos del impuro.
Y, cuando el impuro no exista más ¿Qué será el pudor sino los grillos y la impureza de la mente?
Y no olvidéis que la tierra goza al sentir vuestros pies desnudos y los vientos anhelan jugar con vuestros cabellos.
Khalil Gibran/El Profeta/ 1923
And the weaver said, Speak to us of Clothes.
And he answered:
Your clothes conceal much of your beauty, yet they hide not the unbeautiful.
And though you seek in garments the freedom of privacy you may find in them a harness and a chain.
Would that you could meet the sun and the wind with more of your skin and less of your raiment.
For the breath of life is in the sunlight and the hand of life is in the wind.
Some of you say, ‘It is the north wind who has woven the clothes we wear.’
And I say, Ay, it was the north wind,
But shame was his loom, and the softening of the sinews was his thread.
And when his work was done he laughed in the forest.
Forget not that modesty is for a shield against the eye of the unclean.
And when the unclean shall be no more, what were modesty but a fetter and fouling of the mind?
And forget not that the earth delights to feel your bare feet and the winds long to play with your hair.